jueves, 7 de marzo de 2013

La sierra como alternativa para escaparse

Un stop en el trabajo diario no le vendría mal a nadie, menos a mí. Nunca he tenido vacacaciones como dios aconseja, y si tomamos en cuenta los el tiempo terminando la carrera, con vacaciones de mesero o vendedor de retail, parece que no he salido jamás de viaje en mi vida. Venía planificando un viaje desde cuarto año. Todos mis compañeros venían de vuelta, se habían pegado su viaje al sur haciendo dedo, o por otros países, si tenían más dinero. Yo, por otro lado, seguía ahorrando todos los pesos para los libros del año académico. Si me daban libre en el trabajo, me arrancaba, pero dos días no hacen diferencia en un cuerpo cansado. Con trabajo tenía billete de sobra. Recién me había mudado a vivir con mi polola, y cada vez salía más el tema de arrancar de Santiago, por lo menos tres semanas. La idea era olvidar todo, arrancarse, no importaba dónde. Ella vendió su auto y con dinero de los dos partimos a descansar Pensamos en ir fuera de Chile, que muchas veces es más accesible que vacacionar aca Quería conocer lugares lejanos, de lo más orientales, exóticos, raros. Yo quería ir a cualquier lado donde llenara el estómago por poca plata. Como la plata nunca es suficiente para lo que uno quiere, No podíamos llegar a Disneyworld, ni menos el Taj mahal o la Muralla China. Pero no hay que viajar tan lejos para escapar del ritmo frenético de la ciudad. Sin ruido ni el ajetreo de la ciudad, paisajes bucólicos, lo más rústico posible. {Me acordé que mi abuelo tenía una finca en el sur|Un tío me prestó su casa cerca de la selva|Un amigo me convidó a su chalet en el sur.El sector estaba rodeado por mar y cordillera. Además, permitía recorrer toda la región, por estar al centro de todo. Queríamos seguir al sur, la casa era ideal para ir, descansar un poco y partir de viaje. En julio fijamos la fecha de partida. El día del viaje manejamos por turnos, unas seis horas cada uno, hasta hacer el recorrido. Retiramos las persianas automaticas y contemplamos el campo, el primer fin de semana de julio. Todo el sector es increíble, exclamó cortinas. Mi tío había gastado mucho dinero en la casa, se notaba. En la casa era todo automático y motorizado, las cortinas podían programarse. Mientras Javi miraba las piezas de la casa, jugué un rato con el control remoto, subiendo y bajando con el roller, y cuando ya tenía dominados los controles, programé el sistema para descorrer las cortinas al bien tarde. Igual dejé el control remoto al alcance, por si dan ganas de seguir entre las frazadas

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