martes, 12 de marzo de 2013

El viaje como alternativa para escaparse

Estoy chato de la rutina, quiero vacaciones en este mismo instante. Llevo un par de temporadas laborando, y considerando el tiempo en la U, haciendo de mesero o vendedor de retail, podría decirse que desde la básica que no me olvido de la ciudad. Tenía ganas de salir de vacaciones desde que entré a estudiar . Mis amigos se habían pegado su viaje al sur haciendo dedo, o por otros países, si tenían más recursos. En esos instantes, yo juntaba las chauchas para pagarme la universidad. Si me daban libre en la pega, me arrancaba, y eso no era nada para recuperar las energías. Tuve la suerte de salir de la U y ponerme a laborar. Hace poco compré un departamento con mi novia, y en la sobremesa se repetía la idea de tomarse unas semanas. Los dos queríamos desconectarnos, no importaba el destino. Me animé y decidí hacer la inversión de la vida con unas vacaciones pagadas al contado No sabíamos bien a dónde ir, las decisiones en estos casos nunca son automáticas. Nunca nos ha tincado mucho ir al caribe ni a ningun tipo de lugar de paquete turístico. Alejandra quería paz, paisajes naturales, rústicos. Como el dinero jugaba en contra, aterrizar en Japón sería imposible, ni menos el Taj mahal o la Torre de Pisa. Aunque uno no lo crea, escapar de la ciudad es sencillo, no hay que viajar mucho para encontrar descanso. Pero alejarse de la ciudad no tiene porqué significar dejar de lado la comodidad. {Mi mamá me mencionó que mi abuelo tenía una finca en el sur|Un tío me ofreció su casa cerca de la selva|Un amigo me convidó a su casa en el sur.Ya había pasado tiempo ahí alguna vez, estaba poco alejada del pueblo. Asimismo, se encontraba ubicada cerca de varios lugares turísticos. La idea de Alejandra era pasar una semana y de ahí seguir con el trayecto, la casa sería el lugar de descanso. En julio fijamos la retirada. El día del viaje manejamos por turnos, unas seis horas cada uno, hasta hacer el recorrido. Movimos las cortinas cocina moderna y quedamos extasiados con el ambiente de tranquilidad, un lindo lunes de julio en la costa. El lugar era maravilloso, fue lo que dijo mi enamorada. Se notaba que querían mucho la casa y la habían modernizado. En la casa era todo automático y motorizado, las cortinas se abrían a distancia. Mientras Javi miraba las habitaciones de la casa, jugué un rato con el control remoto, haciendo subir y bajar el roller, y después de aprenderle las mañas, decidí programarlas para moverse a las 12 del día. Excelente momento para despertarse los días de descanso

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