martes, 19 de febrero de 2013

Huyendo de la ciudad con mi amor

Ya no doy más en el trabajo, necesito unas borrarme de Santiago inmediatamente. Llevo un par de temporadas metido con todo en la pega, y considerando el tiempo en la U, haciendo de mesero o vendedor de retail, me falta un relajo extenso desde que salí de cuarto. Al comenzar la carrera ya tenía en la cabeza la idea de un viaje. Mis amigos ya habían viajado al extranjero, conocido el sur en skate, ellos tenían más plata. En esos instantes, yo juntaba las chauchas para pagarme la carrera. Si tenía varios días libre, me escapaba donde fuera, y eso no era nada para recuperar las energías. Con trabajo tenía dinero de sobra. Recién me había mudado a vivir con mi novia, y ella también quería tomarse mucho tiempo libre y no saber nada del trabajo ni ciudad. La idea era olvidar todo, arrancarse, no importaba dónde. Me puse las pilas y decidí hacer la jugada financiera de la vida con unas vacaciones pagadas en cuotas No sabíamos bien a dónde ir, las elecciones en estos casos nunca son automáticas. Quería conocer lo más lejos posible, de lo más orientales, exóticos, raros. Alejandra quería paz, paisajes naturales, rústicos. Como la plata nunca alcanza para lo que uno desea, viajar a Japón o a China estaba fuera de las posibilidades, ni tampoco el los Jardines Colgantes de Babilonia o la Muralla China. No importa, la idea era salir de la ciudad, estar dos semanas alejado de todos los adelantos modernos y de la tecnología. Pero alejarse de la ciudad no tiene porqué significar renunciar a el bienestar. {Mi hermano me mencionó que mi abuelo tenía una finca en el sur|Un tío me prestó su casa cerca de la selva|Un amigo me convidó a su cabaña en el sur.El sector estaba rodeado por mar y cordillera. Asimismo, se encontraba emplazada cerca de varios volcanes y lagos. La idea de Alejandra era pasar una semana y de ahí viajar al sur, la casa sería el lugar de descanso. En julio fijamos la retirada. Después del largo viaje no nos manteníamos despiertos. Sacamos las cortinas enrrollables y quedamos extasiados con el ambiente de tranquilidad, el primer día de las vacaciones juntos. Este sitio es extraordinario, fue lo que dijo Alejandra. Se notaba que querían mucho la casa y la habían modernizado. En la casa era todo automático y motorizado, las cortinas se abrían a distancia. Lo primero que hice fue apretar los botones, haciendo subir y bajar el roller, y después de conocerle los trucos, decidí configurarlas para moverse a las 12 del día. Una buena hora para levantarse en vacaciones.

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