miércoles, 27 de febrero de 2013

Con un pequeño gesto se puede hacer mucho

Desde mi infancia que me he interesado por el hecho de ser mamá. Debe ser porque tengo la mejor mamá del mundo. Hace bastante tiempo una amiga tomó la decisión de ponerse en campaña para fecundar un feto yo me puse muy contenta por ellos, ya que un bebé siempre trae felidad. Pasaban las semanas y ella no era capaz de quedar embarazada, yo estaba tan ansiosa de que quedara embarazada y poco a poco fui perdiendo la fe, pero quise ayudar. Ella me decía que tal vez necesitasen de reproucción asistida, eso me ponía mal por lo que me informé sobre el tema. Di con numerosos tratamientos para la infertilidad masculina y la infertilidad femenina, o una pareja infertil, como ICSI. Ellos me miraban con cierto recelo, pero los convencí. Una vez en la clínica y con los resultados de los exámenes comprobaron que era Martín quien padecía de ser infertil. Finalmente iniciaron el tratamiento. Hoy en día faltan sólo días para que nazca la pequeña

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