Soy dueña de una minina que se cuelga de las cortinas. A veces se lanza de una silla, entierra sus garras en la tela y se desliza, dejándolas horribles. Consideramos que al encelar ya no destrozaría tanto las telas. En mi hogar ya llevan muchos años esperando su madurez. . Le construí unas tablas para rasguñar, forradas de cuerda. Aproveché hablar con un tipo en la tienda, me dijo que con el producto hasta los felinos del barrio llegarían a la casa. En la terraza le pusimos el juguete, y con alegría vimos que comenzaba a jugar apenas lo dejamos. La gran desilusión llegó cuando descubrimos que afilaba sus garras para destruir con mucho más las cortinas nuevas. Mi mamá ya no quería más con la gatita. Es una amante de los animales al igual que yo, pero todo tiene su límite. Hemos invertido millones en todo lo de la casa. Así es como perdimos otro sillón recién importado, por culpa las garras de la minina. Comenté mi drama en facebook. Una amiga estudiante de medicina para animales me aconsejó internar a Búrbuja en un centro de rehabilitación para animales desbocados. Sólo creía que habían para canes, constatando que los felinos son muy porfiados. Recibí muchas sugerencias, así que decidí probar. En la capital Bogotá hay varias de estos centros integrales, hace poco me mudé de Cali. Fui a ver el lugar y para verificar las instalaciones. A mis gatas las siento como de la familia, por eso les dedico mucho tiempo. Lo paradójico fue que, aunque el local poseía la más moderna tecnología, tenía un aire de casa que sería la delicia de mi gatita. Opté por llevar a mi gata a la clínica, en este lugar tendría un tratamiento exclusivo. Según la veterinaria, necesitaba más espacio para evitar el cansancio, además se juntaba su esterilización muy cachorra, no tenía mucho en qué distraerse. La especialista examinó a la niña en la recepción, y al traspasar un panel japonés, se adentró por la clínica, y no la volví a ver. Me comí las uñas casi un mes esperándola. {En ese lapso volvimos a cambiar las roller shades |En la casa aprovecharon de comprar unas bellas enrollables cortinas, y todo lo que la gata tenía destrozado. Y no sé bien qué le dieron a mi gata, pero y ya no hace pedazos las cosas, se comporta como una dama. Si hasta respeta las puertas, algo que ningún felino hace por iniciativa propia.
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